viernes, 20 de diciembre de 2013

Romance de los bandoleros sindicales

Ya no son Diego Corrientes,
ni el Vivillo, ni el Pernales,
ahora hay otros bandoleros,
¡bandoleros sindicales!

 

Ya no roban con trabuco,
ahora actúan con "decoro",
chupan de las subvenciones
y tiran de Visa Oro.

Su emblema es el langostino
y el jamón de pata negra,
y con la pasta que trincan
se ponen hasta las cejas.

Estos nuevos bandoleros
roban con mucho descaro
y se quedan con la pasta
destinada a los parados.

Se asocian en sindicatos,
sindicatos de ladrones,
y sus partías se llaman
UGT y Comisiones.

Atracan en toda España,
por la noche y por el día,
más su trinque principal
se encuentra en Andalucía.

Dan cursos a los parados
que casi nunca hacen falta,
los parados no se forman
y ellos se guardan la pasta.

Sacan provecho a los ERE
con el timo "el jubilado",
pues a muchos que jubilan
en su vida han trabajado.

¡Granujas sindicalistas!
¡Lástima de sindicatos!
¿que pensarán Nicolás
y Marcelino Camacho?

En su tumba Marcelino
revolviéndose estará
y Nicolás, por vergüenza,
la calle no pisará.

Después de años robando
en completa impunidad
parece que la justicia
ha dicho que basta ya.

Una juez valiente y firme
sin nada de complejos
las peras ha puesto al cuarto
a estos nuevos bandoleros.

Les dan mordidas a empresas
y arramplan las comisiones,
¡como si no les bastara
trincar de las subvenciones!

Y mientras instruye el caso
de los granujas ladrones
una fianza ha pedido
a UGT y Comisiones.

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