lunes, 8 de julio de 2013

Diego Cañamero

Lo leí en un artículo del amigo Jesús de agosto del año pasado. Hablaba de Diego Cañamero, del sindicalista andaluz mil veces vilipendiado por la prensa del régimen y mil veces detenido por sus fuerzas represivas. La historia es la siguiente: hace unos años Diego Cañamero participaba en un piquete informativo en el transcurso de una huelga cuando el hijo de un terrateniente se presentó ante él y le apuntó con una escopeta. A cualquiera le habrían flojeado las piernas. Sin embargo, Diego sin apenas pestañear miró orgulloso al señorito y le dirigió la siguiente advertencia: "si me vas a pegar un tiro lo vas a hacer conmigo parado, porque yo no corro como un conejo".

Hace dos días el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía dictó una orden de detención contra Diego Cañamero. No es la primera vez. El sindicalista del SAT ya ha sufrido unas cincuenta detenciones, se han celebrado sesenta juicios contra él y en cinco ocasiones ha pisado la cárcel. Por otro lado, el SAT tiene el "honor" de ser el sindicato más represaliado de Europa. Medio millar de sus militantes han sido procesados, la justicia les reclama 400.000 euros en multas y se han llegado a pedir 50 años de prisión por la ocupación de fincas y tierras así como por haber participado en la marcha solidaria "Andalucía en pie" el verano pasado. El objetivo no es otro que el de amedrantar a quién cuestiona el actual sistema político y económico. A quien cuestiona el régimen.

Diego Cañamero fue alcalde de El Coronil, un pueblo de la campiña sevillana a orillas del río Guadalate. Como otros tantos pueblos andaluces, El Coronil es un municipio castigado por el desempleo, cuya tasa supera el 30%. Pueblos que forman parte de esa España olvidada en un rincón de la historia y donde la pobreza la han heredado los hijos de sus padres. Así generación tras generación. Pero a la vez que la pobreza entraba por la puerta, crecían la dignidad y el orgullo de un pueblo. Por eso, Diego Cañamero tras conocer hace unas horas su orden de detención, reaccionó como lo hizo años atrás cuando el hijo de un señorito le amenazó con pegarle un tiro: "No voy a salir corriendo, ni pienso esconderme".

Como ocurre con los cinco anarquistas de Sabadell, Diego Cañamero es un activista molesto para el régimen. Para el régimen e incluso para ciertas coordenadas de la izquierda institucional. A los anarquistas de Sabadell los han proscrito por libertarios; a Diego Cañamero por representar un sindicalismo alternativo con un marcado perfil andalucista lindante al independentismo. Y yo, que no soy anarquista aunque cada día me siento más libertario, y yo, que aún teniendo orígenes andaluces tampoco soy nacionalista, ni de Andalucía ni de ningún otro lugar, siento a los anarquistas de Sabadell y a Diego Cañamero como mis compañeros de lucha. Tan cercanos como necesarios. Será porque últimamente, aquellos con quienes no comparto afiliación política y sindical son los únicos que están dando la cara.


No hay comentarios:

Publicar un comentario